Sistema digestivo¿cuál es el sentido biológico de sus síntomas?

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Pensemos primero para qué está en nuestro cuerpo el sistema digestivo….cuál es su función biológica.

Sus órganos nos conectan con el exterior y es uno de los principales que se ocupan de separar lo que dejamos entrar del afuera y lo que no, el cómo lo asimilamos una vez que “esto” ya ingresó y, finalmente, su otra gran función es la eliminación de todo aquello que ya no nos es útil, la “mierda”, las “porquerías”.

No debemos olvidar que el sistema digestivo es uno de los primeros medios de vinculación con nuestra madre, a través del amamantamiento y/o cualquier otra alimentación que nos provea. Con esta nutrición iremos reforzando la relación con ella y a través suyo, con el resto del mundo. Por este motivo, se dice desde la descodificación biológica que el sistema digestivo también tiene un fuerte simbolismo en relación al arquetipo “madre” y conflictos que tenemos con ella podrían manifestarse a este nivel.

Vamos a desglosar algunos de sus órganos con el sentido biológico de la aparición de los síntomas para ejemplificar de modo más específico lo anterior.

Labios:

Los síntomas aquí están relacionados con:

-Lo que dejo salir de mí.

-Lo que expreso.

-Lo que debo guardarme y no decir.

-Lo que finalmente pude hablar.

Boca:

Los síntomas aquí están relacionados con:

-Aquello que tengo o tuve que tragarme.

Estómago:

En el estómago comienza oficialmente el proceso de digestión por lo cual los síntomas en este órgano estarán conectados con la idea de lo que puedo y no puedo digerir, procesar, aceptar que llegue a mí. Por ello los síntomas aquí están relacionados con las siguientes ideas:

-Lo que no quiero o no puedo digerir.

-Aquello que estoy viendo, viviendo o sintiendo y no quiero que ocurra o hubiera ocurrido.

Intestino delgado:

Es la parte del cuerpo en la cuál “asimilamos” aquello que hemos dejado entrar anteriormente en nuestro cuerpo. Una vez que el alimento ha ingresado por nuestra boca y comenzada su degradación en el estómago, llegará a nuestro intestino delgado en el cuál además de continuarse el proceso de degradación del mismo para poder ser absorbido, se llevará a cabo este último proceso en sí mismo. Es decir, terminaremos de dejar entrar ese alimento en nuestro cuerpo al absorberlo o seguirá su camino y será expulsado en las heces.

Lo anterior nos lleva a que los síntomas que aparecen en el intestino delgado, estarán relacionados a aquello que finalmente termino asimilando (de lo que me sucede o me ha ocurrido antes), aceptando, luego de haber pasado por el proceso de haberlo digerido anteriormente.

Colon:

En el colon se realizan principalmente 2 procesos: se termina de absorber el agua disponible en las heces y actúa como reservorio de las mismas antes de ser expulsadas al exterior.

Por lo anterior, podemos encontrar aquí síntomas relacionados a las siguientes vivencias:

-Secretos “sucios” que deseo esconder, personales o familiares (incesto, abusos, hijos extramatrimoniales, infidelidades, estafas, etc.).

-Aquello que familiarmente, por mandatos, aprendí que no puedo mostrar porque es avergonzante.

-Guardo aquí “la mierda” que quiero esconder al mundo y no me atrevo a mostrar.

-Guardo aquí también aquello que no puedo soltar.

Hígado:

Es el hígado el lugar en el que se metaboliza la mayor parte de aquellos químicos que se han transformado en tóxicos y que deben ser eliminados del organismo para no transformarse en un veneno interno.

De esta forma es que van a manifestarse aquí aquellos síntomas relacionados con la presencia de emociones tóxicas como el rencor, ya que estas emociones son químicos que literalmente nos envenenan y necesitan que haya una mayor actividad este órgano o que ya pudieron haber agotado su capacidad energética (más allá de la física) en el sobre esfuerzo anterior que se hizo para eliminarlas y desintoxicarnos.

También, por otro lado, el hígado se encarga de actuar como lugar de “reserva” de nutrientes. Por este motivo, el miedo a la carencia también puede terminar impactando en este órgano. Vale aclarar que la carencia puede ser real o imaginaria, y puede referirse a cualquier área de la vida (no necesariamente relacionada a lo alimentario) ya que el cerebro no distingue entre lo real y lo simbólico. Podría tratarse de miedo a carecer de alimento, de dinero, de salud, del amor de mis hijos, etc.

Vómitos:

-El conflicto mayor de los vómitos es el rechazo. “No es posible aceptar el bocado”: rechazo algo, una idea, una situación, etc….

-Un gran miedo o angustia aguda (el centro del vómito se encuentra en el sistema límbico y por ende responde a emociones en forma directa).

-Se presenta también cuando estamos o estuvimos en un ambiente “tóxico” y tenemos miedo de haber sido “envenenados”. expulsamos rápidamente todo lo que podemos que estuvo en relación con la situación que desencadenó la vivencia. No dejamos que permanezca en nosotros.

Diarrea:

-Conflicto de miedo visceral agudo. evacuando las heces nos hacemos más livianos para correr más rápido en caso de huir o estar más livianos para luchar.

-“Quiero lavarme de algo”, debo evacuar de mí esta porquería (que hice o me hicieron, pero está en mí).

-Chanchada o falta de consideración a lo que somos sometidos y de la que nos queremos librar y a la cual no queremos incorporar (por eso evacuamos rápidamente).

-Podemos encontrar también, “quiero acelerar las cosas”, “quiero que esto se termine lo más rápidamente posible”.

-“Estoy obligado a aceptar todo, no sé decir que no”, entonces rechazo asimilarlo, evito así que sea parte de mí.

Vemos acá como se repiten las vivencias con respecto a los vómitos….el conflicto es el mismo pero con una temporalidad diferente. El vómito es provocado por algo inesperado o sorpresivo principalmente, mientras que en la diarrea “ya veíamos venir” lo que iba a suceder o es algo que se repite a los largo del tiempo.

Constipación:

Es principalmente el conflicto de lago que no puedo (porque no me dejan o porque no quiero) expulsar, “la chanchada que me hicieron y que todavía no largué”.

Hay varias vivencias que codifican una constipación:

-Retengo esa chanchada que me hicieron. me niego a perdonar, a dejar ir.

-Conflicto de identidad en el territorio.

-El colon recupera el agua contenida en las heces.

Simbólicamente deseo guardar el amor de mi madre.

“No sé cómo evacuar de mí esa porquería, busco como hacerlo pero mientras encuentro la solución, la retengo”.

Debemos revisar también la imposibilidad o falta de deseo de perdonar algo. “Me aferro a esta mierda”.

– “Me avergüenzan mis mierdas”, puedo ser juzgado por ellas”

-También es la vivencia de “debo ir a algún lado, pero no quiero”.

Obesidad:

Existen seis conflictos biológicos que programan la obesidad y el sobrepeso.

El tejido que recibe este conflicto es la hipodermis (las grasas). Debemos siempre partir, al igual que en todas las demás enfermedades, con la lógica de supervivencia: “¿para qué me sirve tener tanta grasa?”. Hay que encontrar la utilidad incinsciente, la que el cerebro podría utilizar para un programa de supervivencia.

LOs conflictos que desarrollan la obesidad son los siguientes seis, con tener sólo uno es suficiente para que la respuesta se manifieste:

-El conflicto de abandono.

-El conflicto de sentirse bajo amenaza.

-El conflicto de silueta (desvalorización estética).

-El conflicto de lactancia trunca o mal vivida.

-El conflicto de rechazo al contacto sexual.

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