29/08/2024
Decirle sí a la Vida es reconocerla y tomarla plenamente, vivirla en toda su magnitud y posibilidades, y, de esta manera, honrar a quienes llegaron antes e hicieron posible nuestra existencia.
Por
Carolina Sartori
Cualquiera de nosotros que se permita ver y percibir más allá de los sentidos ordinarios puede reconocer, saber y sentir que hay algo que trasciende la búsqueda personal y la propia individualidad.
Tenemos la posibilidad de crear el nuevo mundo que tanto anhelamos. Son tiempos de transformación, y todos los que estamos aquí y ahora cumplimos una función fundamental en este proceso porque el salto a lo nuevo lo daremos todos juntos como humanidad.
Para esto, es necesario recordar y reconectarnos en nuestra alma y en nuestro cuerpo con la fuerza que trae a nuestras vidas el asentimiento. Es una llave maestra para alcanzar la dicha tan anhelada y la felicidad en nuestro interior. Y, así,estar en sintonía con la vida.
Nos convoca a rendirnos a una Conciencia Superior que trasciende nuestro entendimiento y comprensión. Nos libera del dolor y del pesar, y nos invita a ejercer la humildad que solo deviene del asentimiento: una práctica que nos devuelve la paz interior.
Una de las palabras fundamentales para disponernos a transitar una vida plena es sí. El sí nos abre las puertas al Amor en todas sus formas y nos invita a asentir.
Alcanzar el asentimiento no es un proceso fácil, por eso, la recompensa del Universo es grande. A medida que lo vamos logrando, el camino así lo va reflejando con todo lo nuevo que trae.
Asentir a lo que es es el resultado de un proceso interior, sentido y auténtico, que comienza con el símante nuestros padres, a través de ellos nos llegó la vida con toda su fuerza y envuelta en todo su misterio.
Estar en sintonía con los padres es estar en sintonía con la Vida.
Decirles sí implica tomar su amor y el amor del linaje que viene junto a ellos, más allá de cualquier circunstancia.
Y es a través de una mirada álmica, profunda y consciente como podemos acercarnos hacia un movimiento de inclinación, de gratitud y de honra.
Decir sí a los padres es decirle sí a todo aquello que la Vida nos presenta.
Es allí donde el Amor comienza a manifestarse en nuestras vidas: quien le dice sí a la madre le dice sí a una pareja, a la salud física, al dinero, al éxito, a la abundancia, a la relación con los hijos.....Quien le dice sí al padre le dice sí al trabajo, a la profesión, a su lugar en el mundo, a su salud mental, al criterio de realidad......
Y es resultado de un trabajo consciente que, como adultos, vamos llevando adelante en la vida cotidiana para alcanzar nuestra realización personal y espiritual. Y está en nuestras manos, en la medida en que tomemos la decisión y nos dispongamos a transitar este proceso. Es una buena noticia y, al mismo tiempo, implica una responsabilidad.
Decirle sí a la Vida es recocerla y tomarla plenamente, vivirla en toda su magnitud y posibilidades, y, de esta manera, honrar a quienes llegaron antes e hicieron posible nuestra existencia.
El hecho de asentir abre un portal hacia dimensiones y extensiones inimaginables, que, con nuestros pensamientos, no podemos alcanzar.
Cuando asentimos en nuestro interior y decimos sí a lo que fue y a lo que es, por resonancia todo cambia por dentro y por fuera de nosotros. Y la Vida se encarga de mostrarnos los nuevos espejos que nos reflejan los otros y las circunstancias, que van hablar de lo renovado en nosotros.
Y, así, comenzamos a tomar consciencia de que somos co-creadores, junto con el Amor espiritual, de nuestra realidad.
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