Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés) son un grupo de agentes químicos que incluye PFOA, PFOS, GenX, y muchos otros agentes químicos. Las PFAS se han fabricado y utilizado en una variedad de industrias en todo el mundo, como los Estados Unidos desde la década de 1940. De estos agentes químicos, el PFOA y el PFOS han sido los más producidos y estudiados. Ambos son sumamente persistentes en el medio ambiente y en el cuerpo humano; es decir que no se degradan y pueden acumularse con el paso del tiempo.
Las PFAS se hallan en una amplia gama de productos para los consumidores que la gente utiliza diariamente como baterías de cocina, cajas de pizza y repelentes de manchas. La mayoría de la gente ha estado expuesta a las PFAS. Ciertas PFAS pueden acumularse y permanecer en el cuerpo humano largo tiempo. Existe evidencia de que la exposición a las PFAS puede causar efectos perjudiciales a la salud humana. Los agentes químicos de PFAS más estudiados son el PFOA y el PFOS (sulfonato de perfluorooctano). Los estudios en animales de laboratorio indican que el PFOA y el PFOS pueden causar efectos adversos en los sistemas reproductivos e inmunitarios, así como en el desarrollo, y en órganos como el hígado y los riñones. Ambos agentes químicos han causado tumores en los animales. Las averiguaciones más constantes son los mayores niveles de colesterol en las personas expuestas, con datos más limitados relacionados con:
- bajo peso al nacer,
- efectos en el sistema inmunitario,
- cáncer (en el caso de PFOA), y
- perturbación de la hormona tiroides (en el caso de PFOS).
Por estas razones, es especialmente urgente encontrar formas de eliminar los PFAS del agua. Hay científicos experimentando con muchas tecnologías de saneamiento capaces de eliminar a los PFAS, pero la mayoría de ellas requieren temperaturas extremadamente altas, productos químicos especiales o luz ultravioleta, y a veces generan subproductos que también son perjudiciales y requieren pasos adicionales para su eliminación.
Unos químicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y de la Universidad del Noroeste, ambas en Estados Unidos, han desarrollado un método relativamente sencillo para descomponer una decena de tipos de estas sustancias químicas tan persistentes. El nuevo método funciona a temperaturas relativamente bajas y sin generar subproductos nocivos.

También se ha comprobado que, en agua calentada a una temperatura de entre 80 y 120 grados centígrados, ciertos disolventes y reactivos que son comunes y baratos, rompen algunos de los más robustos enlaces moleculares de los PFAS. Esos PFAS cuyos enlaces se rompen sufren a continuación una reacción química que descompone gradualmente la molécula hasta hacerla desaparecer.
Gracias a la sencillez de esta solución para la eliminación de los PFAS del agua potable, esta tecnología podría hacer mucho más fácil para las depuradoras la eliminación de los PFAS del agua potable. Evitando las enfermedades que causa mediante sus compuestos tóxicos al cuerpo humano.